Lo que debes saber de la biodiversidad
En pocas palabras, la biodiversidad se refiere a la increíblemente rica variedad de vida en la Tierra. La palabra en sí es una contracción de «diversidad biológica» y se refiere a todos los seres vivos del planeta. Abarca todas las bacterias, los insectos, las plantas, los animales y los seres humanos, entre otros.
La biodiversidad se suele analizar en tres niveles. La diversidad genética se refiere a los diferentes genes que se encuentran en todas las plantas, animales y organismos vivos. La diversidad de especies denota las diferencias que se encuentran dentro de las poblaciones de especies y entre ellas, así como entre las distintas especies de la Tierra. Por último, la diversidad de los ecosistemas abarca los procesos, los hábitats, las comunidades y las variaciones dentro de cualquier zona geográfica.
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¿Por qué es tan importante la biodiversidad para la vida en la Tierra?
La biodiversidad funciona como una red entre todas las formas de vida que interactúan entre sí. Al formar parte de un ecosistema, ya sea regional o global, es esta diversidad la que permite que los ecosistemas funcionen. Si se elimina algo de ella, la red empieza a romperse.
¿Se puede medir la biodiversidad?
La biodiversidad puede ser difícil de definir de forma sencilla, y mucho más de cuantificar, pero hay varias formas de medirla. Desde la medición de la riqueza de especies y las tasas de extinción, hasta la superficie del planeta reservada para que florezca la naturaleza.
En los últimos años, estas mediciones han dado lugar a descubrimientos alarmantes, que señalan que el efecto de la invasión humana en los últimos 50-70 años sobre nuestra biodiversidad global ha sido rápido y perjudicial.
En un abrir y cerrar de ojos en términos planetarios, más del 70% de la superficie terrestre libre de hielo ha quedado bajo control humano. La masa de todos los objetos artificiales ha llegado a superar a toda la biomasa. El impacto de esto es enorme, con alrededor de un millón de especies amenazadas por la actividad humana, lo que lleva a algunos científicos a especular que estamos entrando en un sexto evento de extinción masiva.
Nuestra destrucción de la biodiversidad del planeta no sólo afecta al mundo natural. Las pérdidas de biodiversidad a largo plazo pueden poner en peligro el acceso a elementos esenciales como el agua potable y los medicamentos, y la salud humana y la prosperidad económica también se ven amenazadas.
¿Se ha perdido toda esperanza?
A pesar de todo, nuestros ecosistemas y su biodiversidad no están del todo perdidos. Con un movimiento hacia el consumo y la producción sostenibles, y un esfuerzo adecuado para abordar el cambio climático, hay un camino de vuelta.
Los esfuerzos para restaurar los ecosistemas incluyen la re-silvicultura -replantar árboles autóctonos y reintroducir especies animales nativas, y dejar que la naturaleza siga su curso- e intervenciones más activas para restaurar y gestionar los ecosistemas. Lo mismo ocurre con los océanos y las costas de la Tierra, donde la pesca sostenible, la gestión de la contaminación y la restauración de los arrecifes de coral y los manglares pueden restaurar la biodiversidad perdida.
En las ciudades, unas leyes de planificación más estrictas, la limpieza adecuada de antiguos emplazamientos industriales, la plantación de árboles y la introducción de más espacios verdes y humedales también pueden tener efectos positivos.
También se ha recomendado reestructurar fundamentalmente nuestra producción de alimentos para limitar su impacto en la naturaleza y, por ejemplo, consumir menos carne, y dejar de lado las medidas tradicionales de éxito como el PIB en favor de un sistema que valore la naturaleza como un activo económico.